/ DMITRY RYBOLOVLEV 

La radiografía del oscuro propietario del Mónaco


Gurú en la privatización de plantas químicas en Rusia, todavía hoy permanece bajo una alargada sombra por el supuesto asesinato del director de una fábrica en Perm en 1996. Tras 11 meses en prisión, pisó la calle a cambio de una fianza de 1000 millones. Poco después fundó Uralkali, su nave nodriza, una sociedad propietaria de las principales minas productoras de fertilizante de potasio en Rusia, un componente esencial en el sector agrícola mundial.

Joaquín Rodríguez Lawrance                   @jrlawrance para @offrecordnews 


Cuando se produce una transición de gobierno es inevitable un periodo en el que el sistema legal es vulnerable, la legislación es vaga y en ocasiones ausente. Conocida es la monstruosa transformación que sufrió hace 20 años la antigua unión soviética, paraíso de recursos naturales que un buen día despertó del letargo y comenzó a caminar bajo las riendas del capitalismo. Una mutación para aquellos que resurgieron bajo el paraguas de Yeltsin a través de una masiva participación en las principales fuentes de riqueza de Rusia.   De ahí emanaron oligarcas y nuevos ricos, unos como referencia en política y otros por su devastadora influencia económica. Dmitry Rybolovlev es uno de aquellos aventajados.  Un hombre poderoso cuya esposa, Elena Rybolovleva, ha sido sin lugar a dudas su mayor azote. Un divorcio que propició la venta de todas las acciones de Uralkali en 2010 a Suleyman Kerimov, propietario del Anzhi FC. Previamente, la salida a bolsa de Uralkali ya había convulsionado el mundo financiero, arrojando un precio accionarial de 9.5 mil millones de US$. El grado de riqueza de Dmitry Rybolovlev, al igual que el de sus camaradas, sobrepasa la capacidad de conceptualizar que tienen la mayoría de los mortales.


En 2011, el magnate ruso aterrizó en Mónaco para espetarle lo siguiente al Principe Alberto durante una cena de gala: “Vengo a reflotar el AS Monaco”. Poco después invirtió 200 millones de euros en un club que estaba sepultado en segunda. Aquello lo devolvió a la élite en Francia. Su maestro de ceremonias en la presentación en la Ligue 1 fue Jorge Mendes, a quien conoció en otro evento elitista. El agente puso su maquinaria en marcha y su llamadas reclamaron a un elenco de futbolistas de primer nivel. Toulalan, James, Moutinho, Falcao etc... Aquella puesta en escena puso de manifiesto dos sentimientos contrapuestos: una borrachera de dinero y a su vez la esperpéntica oportunidad de poder jugar cada domingo ante los mismos espectadores que por ejemplo la Ponferradina. Un año después, el afamado magnate se empezó a percatar que había colocado sus fichas en el lugar equivocado. Su devastadora inversión chocaba con el escenario en sí. Un paraíso fiscal, cobijo ideal con clima, ocio y mucho lujo. Poco más, porque por las calles del principado el reconocimiento social lo consumían los actores, artistas y diseñadores. Nadie reconocería a Moutinho cuando saliera a repostar su Ferrari, ni siquiera a James cuando paseara por el puerto deportivo. El fútbol, rey deportivo sin fronteras, machacado sin piedad por la náutica, el juego y la noche. Los patrocinadores que buscó sin descanso Vadim Vasilyev, vice-presidente del club y mano derecha de Dmitry Rybolovlev, nunca llegaron. Mientras, su esposa se entretenía con demandas en Estados Unidos, Islas Vírgenes, Chipre, Reino Unido y Singapur.


La caída en picado de su multimillonario proyecto viene también propiciada por una serie de sucesos en cadena. En primer lugar sus continuos problemas de residencia, hecho que tras varios años todavía no se ha resuelto, impidiéndole maniobrar con pleno derecho residente. Su pasaporte cuenta con una provisional de 10 años y tampoco su “gesto” al reflotar al Mónaco le ha reportado la retroalimentación esperada en términos de reconocimiento. Su relación con Alberto de Mónaco no es fluida y precisamente de este dependen de manera directa la concesión anual de 6000 permisos de residencia integral. Se cree que el príncipe ha dejado vacante su asiento en los primeros partidos de esta temporada como protesta ante la política llevada a cabo por Dmitry Rybolovlev tras no reinvertir el dinero ingresado por James. La razón es simple pero desconocida para el gran público: James, Moutinho y Falcao llegaron todos al principado en brazos de un fondo de inversión. Eso dificulta la re-inversión de un capital que es ajeno, caso similar al que el ocurrió al Atlético de Madrid con Falcao cuando el club atado de pies y manos, ejerció de vientre de alquiler mientras el colombiano tocaba su cielo deportivo .


Radamel Falcao ha pegado una nueva espantada a préstamo, otra vez orquestada conjuntamente por Jorge Mendes y el fondo propietario de la mayoría de su pase. El colombiano aterrizó en Manchester en jet privado, no sin antes subir a bordo del pájaro a dos abogados de prestigio, Paulo Rendeiro y Carlos Osorio, ambos encargados de desencriptar las enrevesadas cláusulas que ataban a club-jugador y fondo de inversión. La noticia provocó el estallido de un Joao Moutinho que abandonó el entrenamiento declarándose en rebeldía en las horas finales del mercado, cosa que Leonardo Jardim a duras penas pudo sofocar. El portugués había negociado en Julio con el Atlético de Madrid a sabiendas de que el barco monegasco iba a la deriva. La operación no fructificó entre otras cuestiones debido al nudo financiero impuesto por el mismo fondo de inversión que posee sus derechos económicos. Mendes desayunó con Gil Marín en Ibiza con los términos del acuerdo delante y poco después Rybolovlev se descolgó pidiendo 32 millones por el medio portugués pero la inversora (de capital ruso por cierto) no logró llegar a un acuerdo con el dueño del club, presionado por otra parte para no perder otra de sus piezas clave.


Si a todo ello unimos las amenazas impuestas por UEFA en términos de Fair Play Finaciero, se ha generado un temor desmesurado frente a posibles sanciones como las recibidas por equipos como PSG y Man City entre otros. El AS Mónaco también se ha visto obligado recientemente a hacer frente a un importante pago a la Federación Francesa de Fútbol. El máximo organismo del balompié en Francia ha recibido más de 50 millones de euros en concepto de impuestos como compensación por permitir al Mónaco seguir tributando en el principado con sus consiguientes beneficios frente el resto de competidores de la liga. En Mayo de este año, la ex mujer de Rybolovlev volvía a hacer sonar las sirenas y un tribunal Suizo le condenó a pagar 2.7 billones de libras esterlinas a Elena Rybolovleva además de una propiedad valorada en 88 millones. En líneas generales, demasiada marcha para un hombre al que se le ha agotado la energía, que no la fortuna. Su área de acción sigue extendiéndose y recientemente Rybolovlev ha comprado propiedades multimillonarias en Mónaco y Nueva York. El fútbol encontró en él y en el principado, a los socios equivocados..