/ ALCASSER 

Las bases del Profesor Luis Frontela



Fernando García, el padre de Miriam, aconsejado por alguien que desconfiaba seriamente de los resultados de las autopsias oficiales, solicitó una segunda autopsia. Se cree que hay ciertos casos que son encargados a un grupo reducido de personas para que todo el proceso esté bajo control, sin contratiempos. Personas que se dedican a seguir el guion sin salirse un milímetro. Precisamenrte en este punto reside una de las claves para resolver nítidamente los crímenes de Alcasser.

Joaquín Rodríguez Lawrance               @jrlawrance para @criminal_leaks


Fernando García decidió llamar personalmente al prestigioso forense y catedrático sevillano D. Luis Frontela, una eminencia en su campo, una figura que además contaba con la fama de haber resuelto casos similares.  Se le encomendaría una segunda valoración y para ello se le contrató de manera particular. A su favor, el hecho de ser un forense que no comulgaba con versiones oficiales y realizaba autopsias no gubernamentales, es decir comprendiéndolas como parte de la investigación criminal y no como un mero trámite, política muy habitual por cierto en forenses de oficio que evitan complicaciones y se remiten al manual. Frontelá se encontró un escenario contaminado. Las ropas de las niñas fueron introducidas en bolsas de plástico, completamente empapadas, haciendo que las manchas de sangre, de saliva, de esperma y otras que pudieran existir se invadieran por hongos, se pudrieran y como consecuencia se esfumaran infinidad de indicios de interés criminalístico. La poca delicadeza con la que se habían manipulado los cuerpos durante la primera inspección, fue un aspecto que enfrentó al profesor Frontela con los cinco forenses oficiales. Por este motivo su valoración nunca fue completa.

EL LENGUAJE CADAVÉRICO

Conviene saber que si un cadáver ha permanecido en una misma posición durante un periodo prolongado, aparecen grandes manchas imborrables en las partes inferiores del cuerpo. La ausencia de estas denominadas livideces cadavéricas demuestra que los cuerpos no se encontraron en su “recipiente” original y que antes habrían permanecido en otro lugar. Este aspecto sugiere la existencia del doble enterramiento. Alguien habría llevado los cuerpos a La Romana para que fueran encontrados. De ahí la presencia de una alfombra dentro de la fosa, objeto que indudablemente ejerció como medio de transporte de los cuerpos. Según el profesor Frontela, el estado de conservación general de los cuerpos evidenciaba que previamente debieron permanecer un tiempo indeterminado en algún medio acuoso que impidió la aparición de esas livideces cadavéricas y por tanto afectó al proceso natural de descomposición. Uno de los tres cuerpos, el Miriam, se encontraba excesivamente bien conservado en comparación con los otros dos, que se hallaron en un estado comparable al de un cadaver de 8-10 meses, reforzando así la idea de que no murieron en el mismo espacio de tiempo.  Además, dos de los cuerpos tenían enormes boquetes debajo del hombro, como si se les hubiera vaciado de cuajo toda la zona. A todos ellos les faltaba la piel de la espalda y dos estaban descabezados. Por el camino, se echaron en falta varias manos, dientes y casi la totalidad de las uñas.  

DOBLE ENTERRAMIENTO

La arena impregnada en el calzado de las niñas, dato pasado por alto, reunía unas características muy peculiares. Nada que ver con la tierra que encontramos en  el término de La Romana, de aspecto evidentemente calizo.  En los zapatos de las jóvenes se encontraron residuos de arena con eminente aspecto mineral, de naturaleza arcillosa, con una textura idéntica a un tipo de sustrato que curiosamente solo podemos encontrar en un lugar relativamente cercano. A solo 30 km de distancia del lugar donde aparecieron los cuerpos encontramos  nuestras respuestas. El Parque Natural de la Albufera, una estrecha franja costera de 12 km de longitud situada al Sur de Valencia, flanqueada a un lado por una enorme laguna de agua dulce (La Albufera) y al otro lado por el Mar Mediterráneo. A ambos lados de la carretera  CV 500  encontramos infinidad de dunas y terrenos cuarzosos. Como consecuencia de la permeabilidad de la arena, la elevada salinidad, la baja consolidación del sustrato, los componentes principales del terreno son de naturaleza calcárea, arcillosa y árida. Todo son pistas coincidentes con los residuos hallados en los zapatos de las niñas. Curiosamente, el profesor Frontela  señaló  que los cuerpos tenían síntomas de haber permanecido durante un tiempo indeterminado en un medio acuoso. Los cuerpos estaban mojados y cubiertos de un  barro que hubo que ir peinando durante las autopsias. La Albufera está repleta de canales de riego y acequias que afluyen al lago, cuyas aguas contienen elevada cantidad de materia orgánica, contaminación y deficiencias periódicas de oxígeno disuelto. En definitiva un contenedor idóneo para acelerar cualquier proceso de descomposición. Algunos de estos grandes canales como las acequias de La Reina, Obera o Dreta, cuando desembocan, dejan sentir la influencia de sus aguas hasta bastantes metros hacia el interior del lago. Los cuerpos presumiblemente fueron recuperados de este lugar en espera de su traslado final a la fosa de La Romana., lugar en el que si permanecieron semi-enterrados durante algunos días, concretamente hasta que alguien fue a encontrarlos.   


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