/ ALCASSER
El hombre del pelo cano
Señalado durante un tiempo como el tercer asesino de Alcasser, “Miguel el de Llíria” o “El Marley”, es como popularmente se conocía a Miguel Nicolás Cortona, otro personaje del inframundo cuya relación con Alcasser nace a raíz de su sospechosa visita al cuartel de la guardia civil 48 horas después del hallazgo de los cuerpos. ¿Que llevó a Cortona a declarar voluntariamente? En aquellas diligencias afirmó que estaba convencido de que Anglés y Ricart estaban implicados en los crímenes de Alcasser. Miguel Nicolás también mantuvo que el y Miguel Ricart fueron compañeros de celda entre el 4 y el 14 de diciembre de 1992. Diez intensos días en los que debieron hacerse amigos para toda la vida.
En ese breve periodo de tiempo y en presencia de otro reo, afirmó escuchar comentarios de Ricart sobre el trato con niñas y violaciones.
Joaquín Rodríguez Lawrance @jrlawrance para @criminal_leaks
Miguel Nicolás Cortona había sido relacionado como supuesto organizador de encuentros con prostitutas que se llevaban a cabo en su vieja caseta de Liria En ella se encontraron diversas prendas de mujer cuya procedencia se desconoce. La dudosa relación que decía mantener con Ricart y la más que improbable con Anglés, además de la casualidad sobre la morfología canosa de unos de los pelos encontrados en el cinturón de Desirée, fueron los motivos reales por los que este individuo fuera investigado. Se da la circunstancia de que Miguel Nicolás por aquella época tenía 50 años y el pelo completamente negro, por lo que la leyenda del hombre del pelo cano se propagó en la dirección equivocada. No obstante se le practicaron extracciones de sangre y pelos de la cabeza para realizar análisis de ADN mitocondrial. Los resultados de las pruebas confirmaron que el pelo cano hallado no le pertenecía. Los extractos de esta prueba fueron consumidos casi en su totalidad y la parte restante permaneció congelada en espera de sucesivos cruces comparativos, pero en octubre de 1998 lo poco que quedaba de ese pelo fue eliminado haciendo así imposible posteriores investigaciones en ese sentido. El personaje en cuestión no es más que otro florero al que a alguien le interesó meter por medio para que espesara la niebla.